Las vitaminas se dividen en dos grupos. Las liposolubles vitaminas A, D, E y K,
se retienen en el hígado y en los tejidos adiposos, no hace falta ingerirlas
diariamente y sin mas estables en la cocción. Otras se disuelven en el agua
hidrosolubles como las C, B1, B2, B6, B12, Biotina, Niacina, Ácido pantotenico y
fólico por lo que no se conservan en el cuerpo mucho tiempo y es necesario un
consumo diario. Se pierden fácilmente al cocinar estando en contacto con el aire
y el agua o sometidas a temperaturas elevadas. Se puede tomar una serie de
precauciones para que la perdida sea mínima: Al guardar la vitamina c de las
hortalizas verdes disminuye drásticamente con el tiempo, tanto si se dejan en la
despensa como en la nevera. Cuando las espinacas, la lechuga, las habichuelas, y
las alverjas permanecen mas de un día en la nevera pierden un 40% del contenido
de vitamina C, y dos días después la perdida llega hasta el 80%. Por otra parte
hay que proteger los alimentos de la luz. La vitamina E de los aceites vegetales
es especialmente sensible a la luz.
Al pelar. En la piel o bajo ella hay por termino
general un 10% mas de vitaminas que en el resto de la fruta u hortaliza. Siempre
que sea posible hay que dejar la piel de la fruta, los tomates y las papas que
se vayan a hervir. Al lavar las frutas y las hortalizas deben lavarse con
rapidez y sin cortarlas para que las vitaminas no se disuelvan en el agua. Las
hortalizas pierden entre 20% y 30% de vitamina C y B por cada curto de hora de
remojo. Al cortar, cuanto mas pequeñas se corten las frutas y las hortalizas,
mayor cantidad de vitamina C se pierde debido a que hay mas superficie en
contacto con el oxigeno del aire. Si los alimentos recién preparados se riegan
con unas gotas de jugo de limón o vinagre se consigue retrasar considerablemente
la degradación.
Al cocinar. Durante el hervido el contenido de
vitamina C en las hortalizas se reduce a la mitad. Las perdidas son inevitables,
pero se reducen en una tercera parte si se cocinan al vapor o al baño de Maria.
La C, la tiamina y el ácido fólico son las vitaminas menos resistentes a la
cocción. Se pierde entre un 40% y un 80%. Es preferible recalentar las comidas a
mantenerlas a fuego lento por mucho tiempo.
Proteínas: Forman y hacen crecer los tejidos y son
especiales para desarrollar músculos fuertes. Además son básicas en la
reparación de heridas.
Vitamina A : Para la visión, la formación y el
mantenimiento de la piel, el pelo y las membranas mucosas. Mejora la resistencia
a las infecciones.
Vitamina C : Facilita la absorción del hierro.
Esencial para la formación de la piel, los cartílagos, los tejidos musculares y
los vasos sanguíneos. Importante para la curación de heridas y fracturas, posee
importantes funciones antioxidantes.
Vitamina D: Para el crecimiento del esqueleto y
para la formación de huesos y dientes. Regula la absorción del calcio y del
fósforo.
Vitamina E : Para la formación de glóbulos rojos en
la sangre y músculos. Es un antioxidante muy importante en el cuerpo. Protege
las células de la sangre, los tejidos corporales y los ácidos grasos.
Yodo : Ayuda a la formación de las hormonas de las
tiroides. Contribuye al al crecimiento y desarrollo del cerebro.
Calcio: Para la formación de huesos y dientes sanos
y fuertes, para la coagulación sanguínea y el funcionamiento del corazón, de los
músculos y la regulación del sistema nervioso.
Hierro: Para transportar oxigeno por todo el
cuerpo. Previene la anemia que produce fatiga y apatía, que reducen la capacidad
de aprendizaje y aumentan la sensibilidad de la infecciones.
Selenio: Incrementa la actividad de las células del
sistema inmunológico.
Zinc : Estimula el apetito y la función
inmunológica, mejorando la resistencia a las infecciones.
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